Pilar

Testimonios de cómo conocí a Víctor

Conocí a Víctor gracias a Marta, una amiga de mi madre, que trabaja con él. Mi madre le contó a Marta que me diagnosticaron de TDAH, en la Clínica Universitaria de Navarra.

Marta como trabaja con niños con dificultades de aprendizaje, le recomendó a mi madre que me sugiriera ir, aunque solo fuera una consulta, solo para ver que pretendía hacer conmigo. La verdad es que yo estaba muy cansada de ir a tantos especialistas, siempre contando lo mismo a todos, así que la verdad no me apetecía mucho, pero sabía que mis padres habían hecho un esfuerzo muy grande en llevarme a tantos profesionales, quieren lo mejor para mí. Así que pensé, venga un esfuerzo más, y accedí a ir a una consulta.

Llegamos a la consulta de Víctor y entramos en su despacho, le explicamos mi historia y que estábamos muy cansados de ir de un profesional a otro, ya que cada uno nos decían cosas diferentes, el último me diagnostico TDAH, la verdad es que cumplía con muchos de los parámetros para diagnosticar esta enfermedad. Víctor me fue haciendo preguntas y yo o mis padres íbamos respondiéndolas, cuando terminó me dijo: “siéntate aquí que te voy a revisar la vista” yo pensaba y esto que tiene que ver.
Pues ahí estaba el problema, en mis ojos, el eje horizontal de mi ojo derecho no estaba a la misma altura que el eje horizontal de mi ojo izquierdo, pero yo seguía sin saber que tenía eso que ver con memorizar, o la concentración. Víctor nos explicó que mi cerebro, lo que hace es intentar que esa diferencia de alturas de ejes de mis dos ojos se contrarreste para ver bien, en vez de estar atenta a las clases, o a un libro que estoy leyendo, o una película que veo. Yo la verdad es que recuerdo que comencé a llorar porque es verdad que yo era incapaz de ver películas, me cansaba muy rápido, mi concentración era nula, y mi método para aprender, memorizar era escribir todo el temario con puntos y comas, al final me cansaba mucho, me dolían las manos de escribir, pero sabía que si no escribía no iba a aprendérmelo, entonces seguía y seguía.

Cuando terminó de explicarme lo que me pasaba, me comento algún caso de personas que se asemejan al mío, y me hablo de lo que haríamos si accedía a seguir la terapia.
Yo le dije que sí. La verdad es que tenía que hacer unos ejercicios diarios, eran solo 15 minutos, pero lo tenía que hacer todos los días, me costó mucho porque a veces me daba mucha pereza y otros no me acordaba, pero cuando iba a la consulta, si no los había hecho, lo notaba mucho, la fluidez no era igual que si lo hacía diariamente.
Gracias a Marta y a que me ayudaron mucho con los ejercicios de la terapia. Al principio me sentía inútil, hasta los niños de 6 años eran más rápidos que yo; leyendo, haciendo calculo, memorizando…. La verdad me daba mucha vergüenza.

Me acuerdo que realice una prueba inicial para ver mi nivel y claramente estaba muy bajo, pero haciendo los ejercicios diarios, yendo a consulta todas las semanas y con los ejercicios de realidad virtual de Víctor, me han ayudado mucho a obtener en la prueba final resultados muy buenos. Pero de lo que más orgullosa estoy es que ahora sí que estoy capacitada para hacer cosas que antes no podía; como leer, ver una película, memorizar sin tener que escribir todo, aunque esto todavía me cuesta, pero como dice Víctor: “Estoy en el camino”.