Estaremos eternamente agradecidos, tanto por el trato hacia ella y hacia nosotros.
Después de un año y medio, hemos descubierto que nuestra hija es totalmente diferente.
María había empezado 3º de Primaria después de la Pandemia y los problemas que ella tenía se fueron haciendo cada vez más latentes, tanto en casa como en la relación con sus hermanas, compañeros en el colegio y evidentemente en lo académico. Veíamos que algo le pasaba, pero no conseguíamos saber qué era.
De repente, un día nos dijo que no veía bien, así que las gafas llegaron a su mundo (cosa que no asumía). Ella creía que todo lo que le pasaba en casa y en el colegio era porque no veía bien; a pesar de que las dificultades cada vez eran más grandes (problemas a la hora de coordinar, leer, relacionarse y por su puesto estudiar), y a pesar de que ella intentaba disimularlas lo que conseguía era que su autoestima fuera en caída libre.
Un día nos dijeron que Víctor Olloqui era el profesional que podría ayudar a nuestra hija; así que buscamos información y vimos que los testimonios que la gente había escrito en su página web, nos identificaban totalmente… A pesar de la distancia, decidimos que, si a otros niños les había servido para mejorar, nuestra hija se merecía esa oportunidad.
Han sido meses de mucho trabajo en casa y en la consulta, realizando ejercicios de coordinación, de focalización, de agilidad y un montón de cosas más que han hecho que nuestra hija sea una niña nueva, alegre, con una autoestima que jamás pensamos que tendría. Y lo mejor de todo es que a ella le gustaba!!!
Ha evolucionado de una manera increíble. Ahora estamos en 6º de Primaria y es autónoma. Sabe lo que quiere hacer y lo más importante es que ella puede hacerlo.
Estaremos eternamente agradecidos, tanto por el trato hacia ella y hacia nosotros.
Espero que nuestra experiencia, pueda ayudar a otras familias que se encuentren en una situación similar a la nuestra.